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PROYECTO DE LARGOMETRAJE EN FASE DE FINANCIACIÓN
GATEAU BASQUE
THRILLER RURAL, DRAMA HISTÓRICO, INMIGRACIÓN. 93 min. // Aritz Lazkano, 2023
ASESORÍA: Yolanda Barrasa
Es un domingo de enero de 1972 y en el fronterizo valle del Bidasoa es el día de San Antón, patrón católico de los animales y el ganado. El río Bidasoa que da nombre al valle de montaña, es la frontera divisoria que marca los límites con Francia y el mar cantábrico. Es un espacio de geografía montañosa cubierta de bosques frondosos, tierras mineras y vida salvaje. Y como todo lugar fronterizo, tampoco falta contrabando, paso de inmigrantes ni la mafia guiada por altos estamentos que explotan la miseria ajena.
BRAIS es un minero del último grupo que queda trabajando en explotar los últimos recursos que ofrece un filón que descubrieron los romanos hace XX siglos. Brais también lidera su grupo de contrabandistas y se dedica a pasar inmigrantes portugueses y africanos que huyen en un éxodo hacía Francia y necesitan ayuda para no morir en el intento de cruzar el valle. Los inmigrantes deben sobrevivir a la policía, a los peligros geográficos, a morir ahogados en el río y a la codicia y la explotación a manos de algunos contrabandistas.
Para poder realizar el contrabando, Brais debe pagar por una especie de permiso o licencia a sus PATRONES de la mafia rural que dominan el valle y la frontera a través del SARGENTO CORRUPTO y la violencia que ejecutan a través de LOS CALEROS, una familia de rudos sicarios, que a su vez odian a Brais por embarazar a su hermana LA CALERA. Los Patrones quieren exprimir más el negocio, pero las autoridades de los gobiernos de ambos lados, están preocupados por la cantidad de portugueses “sueltos” y pactaron para seguir traficando, pero sin dejarles cruzar ni dejarlos varados en Navarra.
Brais acumula con ellos muchas deudas por el impago de la licencia, porque sus propios Patrones están saboteando todas las entregas de portugueses en el valle y los sicarios ejecutan la nueva estrategia de robar, violar y matar a los inmigrantes, para no dejar ninguno “suelto”. Hace semanas que no puede pagar el tributo porque sus propios Patrones le están saboteando el negocio y obligando a endeudarse sin remedio, lo que ha provocado tensión y enfado entre sus compinches EVARISTO y LA PASTELERA.
La Pastelera hornea a diario un saco de pasteles vascos que Evaristo y Brais reparten a los inmigrantes para seducirlos y cobrarlo, pero hoy los pasteles que está horneando son para la celebración de la romería de san Antón en la iglesia ermita de montaña. Está enfadada con Brais porque aparecen de nuevo con las manos vacías y de camino a la iglesia con los pasteles, descubre que están descolgando el cadáver de una mujer africana ahorcada en la entrada del pueblo. Vecinos cargan el cadáver esperando órdenes, pero el Cura está más preocupado en la celebración que en la mujer muerta y el Sargento corrupto le recuerda a La Pastelera que han perdido la licencia para comerciar fuera de la ley por impago.
Durante la romería, la Pastelera les comunica que abandona el negocio y acusa a Brais de ser el culpable de sus deudas por haber embarazado a la hermana de los sicarios Caleros, que además está en la romería exhibiendo panza. La Calera es una mujer ruda, de belleza y actitud salvaje, que no duda en arrimarse a la Guardia Civil para provocar a Brais, que no puede resistirse a ella. Pero Brais, recibe la noticia de que unos contrabandistas se han peleado en una entrega de portugueses y que hay un gran grupo vagando en dirección hacia ellos. Brais y su compinche Evaristo salen a buscarlos por el monte.
El grupo de inmigrantes está encabezado por una mujer portuguesa llamada VICTORIA y por su joven cuñado africano. Están en malas condiciones físicas y en la suciedad se deduce que llevan semanas de agónico trayecto. Falta en el grupo el marido y hermano JOEL, porque se ha quedado atrás peleando con los contrabandistas. Joel es un imponente africano de Angola que huye de la guerra, es un hombre impulsivo y valiente, pero las heridas acumuladas han alimentado demasiado su furia interna, hasta el punto de enfrentarse y dar pie a la contienda entre contrabandistas que desemboca en el pánico y la estampida del grupo y su familia por los peligrosos bosques del Bidasoa.
Exilio Portugués y el Bidasoa
La frontera de Bidasoa siempre ha sido un lugar de tránsito migratorio. Es una de las vías de salida desde nuestro país hacia Francia y, de ahí, al norte y al centro de Europa.
Está ampliamente documentado, en los años 70, el paso de portugueses con destino a un trabajo y a una vida de prosperidad.
Hoy en día, la comunidad portuguesa es la segunda comunidad más representada en la república de Francia.
Pero algunos de estos se quedaron en el camino al morir ahogados en las peligrosas aguas del río Bidasoa cuando intentaban cruzar al país vecino.
Otros, fueron explotados y por pasadores y contrabandistas que se aprovechaban de su miseria y desesperación para robarles, violarles y abandonarlos sin cruzar la frontera.
Nunca se detuvo el goteo, pero 50 años después, se han multiplicado los migrantes africanos en tránsito por este paso fronterizo, sobre todo desde 2018 y, lo más preocupante, se vuelven a repetir las horribles explotaciones y muertes del pasado no tan lejano como olvidado.
